Desde que el 26 de enero de 1926 el físico británico John Logie Baird emitiera las primeras imágenes de televisión ante los miembros de la Royal Institution y un periodista del periódico The Times, hasta nuestros días, el fundamento de la televisión ha sido precisamente el de la emisión en directo, ya sea de programas en vivo como de programas grabados.
Esta capacidad, no obstante ha estado en manos de un puñado selecto de grandes medios de comunicación que han tenido (y siguen teniendo) la concesión de la explotación de una banda de frecuencias o canales, la propiedad de los equipos materiales y la disposición de los recursos humanos suficientes para la emisión. Y en un modelo de uno hacia muchos.
La novedad del vídeo en directo “en redes sociales” consiste en que desde el desarrollo de las redes sociales, ahora cualquier persona en el planeta que cumpla con los requisitos de disponer de una cuenta en una red social con capacidad de emitir vídeo en directo, un dispositivo adecuado para captar vídeo y sonido y un plan de datos activos puede convertirse en un emisor con capacidad teórica de llegar a decenas de miles de usuarios (e incluso millones) en cualquier parte del planeta.
En este sentido, el vídeo en directo se yergue como el protagonista de este cambio, que es significativo. Si en su momento la irrupción de la televisión con su modelo de comunicación de uno a muchos supuso un cambio tecnológico, cultural y social de gran calibre, sería lógico considerar que este tipo de emisión podría ser la semilla de un nuevo cambio en el mismo sentido, al poner en las manos de muchos la capacidad de emitir en directo hacia muchos.
Así, el formato del vídeo en directo en redes sociales es singular al incorporar una serie de características que es preciso considerar. Son las siguientes:
1. El canal son las redes sociales. A diferencia del modelo tradicional de televisión en abierto, que se basa en la concesión de un espectro hertziano limitado en la geografía de una zona concreta, el vídeo en directo en redes sociales no precisa concesión administrativa alguna, ni local, ni regional ni nacional y tampoco tiene límite geográfico.
2. Cualquier persona o empresa puede emitir. Dado que no se precisa de una categoría académica especial ni de una licencia concedida para operar este medio, cualquier persona física o jurídica puede emitir a voluntad desde cualquier lugar del planeta, desde sitios fijos e incluso en movimiento.
3. El vídeo es en directo, no editado. Las emisiones se producen en el más puro directo, en vivo, de principio a fin, con lo que desaparece la opción de editar o rectificar el contenido, que se emite en tiempo real.
4. La audiencia está en las redes. A diferencia de la televisión o la radio, donde cualquier persona que posea un receptor es un telespectador o un oyente en potencia, en este caso, los espectadores están definidos por ser usuarios de las redes sociales y por poseer el dispositivo adecuado (teléfonos inteligentes, tablets, ordenadores y Smart TV con conexión a Internet).
5. Permiten la interacción del espectador. Es uno de los aspectos más destacados de este tipo de emisiones. Los espectadores, usuarios de las redes desde las que se emite, tienen la capacidad de interactuar en directo con las emisiones a través de sus cuentas. La interacción se da en tres formas, dos síncronas (las muestras de aprecio con corazones y las intervenciones en chats en directo) y una asíncrona (comentarios posteriores a la emisión).
6. La interacción es parte del contenido. A diferencia del vídeo tradicional, donde el contenido se entrega finalizado y enlatado, y también a la emisión de programas en directo en televisión (que no contempla esta funcionalidad de manera nativa), en el vídeo en directo en redes sociales la interacción suele formar parte integral del contenido. Las personas que interactúan pueden hacer preguntas y comentarios en directo. Estas intervenciones son vistas por todos y pueden ser respondidas en directo por el presentador, alterando así el guión original y generando nuevas líneas argumentales en el momento.
7. El chat genera un canal paralelo de comunicación. A menudo el chat que se produce en una emisión en directo se convierte en un canal complementario de comunicación en tiempo real de gran relevancia, donde la audiencia participa activamente creando líneas de contenido de diversa naturaleza (crítica, colaboración, complementaria, debate, emocional, etc.).
Las redes que permiten en vídeo en directo en este momento son: Facebook, Twitter, Periscope, Instagram y YouTube. Estas ostentan el papel de canales de las emisiones a través de las cuentas de los usuarios de cada red, tanto si se trata de empresas, marcas, instituciones o particulares.
Si todavía no has empezado a emitir en directo, ésta es tu oportunidad de adelantarte a la competencia y generar un modelo próximo de comunicación con tu audiencia.
¿Te animas?
ENRIQUE SAN JUAN
DIRECTOR DE COMMUNITY INTERNET THE SOCIAL MEDIA COMPANY
@esj en Twitter – www.community.es